Wednesday, May 02, 2007

De cuando el cine vuelve a ser arte

De cuando el cine vuelve a ser arte
"La vida de los otros"

Acabo de ver la película alemana "La vida de los otros" del director Florian Henckel-Donnersmarck.
Hacía tiempo que no veía una obra maestra así en el cine, absolutamente recomendable.
La película en si narra la vida en la antigua RDA, en una época en la que la mitad del país espiaba a la otra mitad y en la que uno no podía fiarse ni de su vecino ni tan solo de su pareja..

No voy a describir la película de manera detallada que para eso ya está Internet, solo quiero dejar constancia de la impresión que ha dejado en mi.

"La vida de los otros" empieza describiendo la vida diaria en la Alemania "democrática" tras casi 40 años de gobierno comunista, la sociedad está totalmente reprimida y el Estado se inmiscuye en todos los detalles de la vida intima de cada alemán para saber si son afectos o no al régimen. El interés colectivo prima sobre el interés individual. Todo lo que uno es, hace o puede llegar a ser es gracias al Estado.
Es en este contexto donde al eficiente agente de la Stasi HGW le encargan que espíe 24hx7 días a un conocido escritor que sospechan puede estar en contra del sistema.

Supervivencia
En este estado del terror, del chivatazo, donde con gran peligro para sus vidas unos pocos se atreven a plantarle cara al sistema, a los burócratas. Otros, se acomodan y sencillamente quieren medrar en el aparato gubernamental ignorando amistades o cualquier principio. Y las gran mayoría, sencillamente sobreviven como pueden, aunque sea a costa de delatar a su vecino. Impagable la escena del chiste en el comedor.

Desaprender lo aprendido
En un papel magnífico, el agente de la stasi HGW va transformando poco a poco su cara inexpresiva, triste, gris, funcionarial en una cara más "humana". Este cambio empieza en el momento en que a esa cara a la que habían educado para ser fría, insensible, deja caer por primera vez una lágrima al escuchar la Sonata para piano Nº 23, opus 57 "Appassionata" de Beethoven.
Es muy bueno el momento en que dicen que "Stalin reconocía que nunca quiso acabar de escuchar esta Sonata, pues si la hubiese oído entera no hubiese podido finalizar la revolución".
De esta transmutación facial me quedo con que por muy mala que sea la educación del estado que ha recibido uno en su vida, afortunadamente tenemos la capacidad de replantearnos todo lo aprendido y hacer caso omiso de lo que el entorno social o profesional dicta como "correcto".
Es gracias a "vivir la vida de los otros", que se acaba transformando positivamente.
Las inercias en que le educan a uno tardan tiempo en desaparecer, los "tics" inquisitoriales quedan perfectamente reflejados en la escena en que el niño le responde a HGW que las pelotas no tienen nombre.

Libertad
Cada día al levantarnos tendríamos que dar gracias al sol naciente por que, con todas las limitaciones que se quiera pero vivimos en la época que mayor porcentaje de la población disfruta de la libertad, de acción y de pensamiento. Este el tercer punto que destacaría de la película, esa gran y olvidad palabra: libertad.
¿Qué podía esperarse de un sistema político en el que algunos ingenuos todavía creen, llamado comunismo, en el que sus funcionarios sabían exactamente marca, modelo y tamaño de las maquinas de escribir de sus ciudadanos?

Desesperación
¿Cómo reaccionaría yo mismo, o mis amigos o familiares ante una situación de o colaboras y te conviertes en un confidente del sistema o te pudres en la cárcel? Suerte tenemos de no haber vivido situaciones así. Es muy difícil prever como reaccionaría uno, pero hay que tener convicciones fuertes.
¿Cuánto valiente seríamos si nuestro futuro o nuestra vida dependiese de acusar, justamente o no, eso es lo de menos, a aquellos a los que queremos?

Creatividad
El escritor protagonista alcanza su máxima creatividad escribiendo cuando esta exultante con su novia, es con ella que tiene ganas de decir al mundo lo que piensa. Cuando deja de estar con ella, y no doy más pistas para los que todavía no han visto la película, su obra literaria queda estancada por tiempo.

Gratitud
Esta película tiene múltiples lecturas, supervivencia, desaprender lo aprendido, libertad, desesperación y creatividad. Pero por encima de estas cinco posibles lecturas, hay dos principales, hacer las cosas por que uno cree que debe hacerlas, independientemente que el Estado, la sociedad o quien sea te diga que es lo correcto; y la principal, plasmada de manera bellísima cuando el exigente de la Stasi abre la portada del último libro, ya tras la caída del muro, y al ver la tercera página su cara se ilumina por vez primera en los 137 minutos que dura esta obra maestra.

No os la perdaís.